lunes, 22 de noviembre de 2010

Lo echo de menos...

Sí, lo echo de menos. Eecho de menos un ciclismo que puede que haya existido en la época de Berrendero, Bahamontes, Ángel Arroyo o Agustín Tamames.
Echo de menos un ciclismo en el que no había tantas empresas, ni de lejos, lo importante era ganar y punto. Ya está, eso es sencillo, pero ha llegado un ciclismo nuevo, muy distinto, en el que, salvo algunos casos como Carlos Sastre, todos y cada uno de los corredores están demasiado controlados en carrera respecto al pinganillo y que no son tan guerreros como antes, no sé si por el pinganillo o no.
Me gustaría que hubiera un ciclismo en el que se diera menos importancia al doping, como hace años. De acuerdo, entonces ya había alguno que se moría por las famosas anfetaminas, vale, en esto puede que esté mejor el ciclismo actual, pero, aún así y aunque muchos me critiquéis, me gustaría decir una cosa que dijo mi entrenador de atletismo hablando sobre el doping: ¿a que ahora se mueren más deportistas que antes por doping? ¿Qué paso con Vanderbrouke? ¿Ya nadie se acuerda de él? Y, el cáncer de Fignon, ¿de dónde venía?
También echo de menos un ciclismo que puede que nunca haya existido no por falta de ciclistas, sino de iniciativa. Carlos Sastre es un gran corredor, con su propia marcha cicloturista y un Tour de Francia en sus palmarés. Óscar Pereiro, que ya se retira este año, una gran persona y un gran ciclista, de eso no cabe duda. Otro Óscar, pero este es Pujol, otro también muy agradable. Tino Zaballa, más de lo mismo, un gran ciclista y persona.
Entonces, ¿por qué no tenemos un ciclismo en el que la gente nos respete y no nos tome por drogatas? Cuando Tamames y Bahamontes ganaron la Vuelta y el Tour respectivamente, en España eso era la leche (me vais a perdonar la expresión), y cuando Juan Fernández conseguía medallas, bueno, eso era la releche. Pero, claro, ellos se retiraron y el ciclismo en España pasó a ser un deporte como el boxeo. Luego, con la aparición de Miguel Induráin, nos acomodamos demasiado a ver cuatro minutos respecto al segundo en una contrarreloj y, ahora, ¿qué pasa? Claro, como don Alberto Contador puede ser sancionado, es un deporte de drogatas, eso sí, como Alberto gane 5 Tours, este deporte es la leche. Más que cuando Fernández ganaba medallas.

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